11 de noviembre 2007
Llegó el día cero. Esta era una fecha esperada por miles de personas en mi Leal, Invicta y Heroica ciudad. Tristemente no es el inicio de mi viaje a lo que me refiero, sino a la elección de un nuevo presidente del Municipio. Para mi también era ansiada porque la establecí solo como uno más de los pequeños retos de la vida cotidiana y es que, aunque fuimos decenas de periodistas quienes cubrimos el proceso, ninguno aparte de mí tenía que hacer su equipaje para irse a más de seis mil kilómetros e distancia. Creo que pude haber programado mi salida varios días antes del 11 de noviembre, para aprovechar el tiempo y conocer lugares previamente al Encuentro de la Red en Oviedo, pero quise quedarme a trabajar en esto, con todo lo cansado que resultara, que lo fue… y no es que me guste complicarme la vida, solo que me gusta mi trabajo y aunque fuera un dificultad, la tomé.
Sí, es cierto que es agotador ir aquí y allá buscando noticias entre las casillas, algún contratiempo, algún mapache o de menos un borracho causando disturbios, pero a esos me los vine encontrando ahí en un domicilio particular, pasándose la ley seca por el Arco del Triunfo, pues consiguieron el seis de cervezas a 100 pesos y con cero intenciones de salir a votar.
Finalmente, sucedió. Cumplí con la jornada extraordinaria y solo me quedan unas horas para empacar, dejar resueltos mis pendientes, pagos y con un poco de suerte, descansar.
Mañana será un día muerto aquí en el blog, pero ya tendré tiempo entre las escalas de cada avión para escribir el martes.
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