La Europrueba fue un ejercicio de resistencia que me tomé el reto de cumplir, con un afán de crecimiento profesional y personal, consistente en trabajar en la investigación periodística mientras intentaba subsistir con muy poco dinero, sola y sin conocer el país a donde fui.
La misión terminó exitosamente, pero me quedaron muchas historias en el tintero. Ahora, este blog mostrará poco a poco algunas de ellas y ampliará los detalles de las ya publicadas.

lunes, 19 de noviembre de 2007

En el tren, camino a Oviedo

Son casi las 10 de la mañana aquí en España, pero en México apenas son las cuatro A.M. Aunque yo ya tengo tres días aquí en el Viejo Continente, no me he repuesto al cambio de horario y creo que tampoco del cansancio. Estando en Madrid caminé mucho, en parte porque la ciudad es grande pero también porque, no me perdía, sino que me desorientaba. Yo pensaba que iba a salir por una calle hacia algún lugar y resultaba que no, entonces debía regresar y en la mayoría de las ocasiones me pasaba igual… No obstante terminaba por hallar mi camino. Estuve sola los primeros días del viaje en la capital española, por eso creí que había sido cansado y cargado hacer recorridos, que en la mayoría de los casos no fueron con fines turísticos sino, de trabajo. Lo que pasa es que yo me comprometí a enviar trabajos para El Mañana, el diario donde escribo, de las historias que fuera recogiendo en mi viaje, como lo estoy haciendo, pero tomando en cuenta que estoy aquí con gastos muy limitados, no me he podido hospedar en hoteles con servicio de internet. De hecho, la primera noche me quedé en el hostal Alicante, que está en la calle Del Arenal, a unos metros de la Puerta del Sol pero sin nada que envidiarle y allí, al pie de mi balcón se colocaban a veces conjuntos de jazz o de música internacional, “performans” (actuaciones de teatro experimental) y hasta un tianguis de libros. Pero volviendo al punto de la austeridad, decía que yo tenía que salir a buscar cibercafés para mandar las notas por correo electrónico a mi querido periódico y el solo hecho de hacerlo me tomaba hasta varias horas, por la desorientación, porque anduve yéndome por lugares errados, aunque al final creo que no lo fueron porque pude conocer mejor Madrid.

El hostal donde me quedé cobra 33 euros por noche en habitación individual, con baño exterior, sin internet, sin desayuno y sin cable en el televisor, pero el hotel más barato que encontré en esa zona cobraba 60 euros por noche con todas las comodidades y hasta desayuno. Haciendo cuentas me fijé que como sea, el que yo utilicé me vino a costar más de 500 pesos porque el euro está casi 1.60 dólares, entonces el hotel cobra cerca de mil pesos mexicanos, un lujo lo que no estoy en condiciones de darme, menos aún porque inesperadamente tuve que comprar una maleta nueva. Lo que pasa es que por mis prisas y desorganización no me ocupé de ese detalle antes de partir. Mi compañera Lupita Guzmán de Promorey muy amable me prestó la suya, pero creo que reunía las condiciones de resistencia que nos puso la “Europrueba”. Tenía las ruedas muy pequeñas, así que prácticamente yo tenía que irla cargando y con tantas distancias ya me ardían las manos. A decir verdad creo que a la valija le fue peor, porque yo no me di cuenta que ya se había roto por debajo, hasta que, después de mucho buscar encontré una tienda de remates donde estaba una con descuento de 70 a solo 37 euros, que sí salió cara pero han de ver qué señora maleta y además me resolvió la urgencia. Cuando cambié el equipaje de una a otra observé que lo que con mucha pena le tengo que confesar a su dueña. Lupis: para tu beliz esta ha sido una prueba no superada.

Esta noche hice caso al consejo que me dio mi querida Karla Treviño de Matamoros que anduvo por acá hace tiempo y es viajar de noche en tren, porque así se ahorra el hospedaje, se duerme (con incomodidad pero ¿qué esperar por 44 euros sentado o 68 tumbado, como acá dicen?) y se aprovecha el tiempo para los paseos en el día. Estoy camino a Oviedo, Asturias, donde será el Encuentro de la Red Internacional de Mujeres Periodistas a partir de mañana. Este ferrocarril salió a las 10 y media de la noche y llegará a su destino a las siete A.M. Allá ya no estaré sola, me reuniré con las compañeras que vienen de de Tamaulipas y de otros Estados de México. La Red Europea nos dará el hospedaje y la alimentación durante los cuatro días de trabajo y mi expectativa es que todo eso me haga sentir más arropada, ya que sí, extraño mucho a mis hijos, a mi pueblo y a mi gente.

Por cierto, amigos míos, no se hagan huajes y escríbanme y esos que esperaban leer la versión sin censura de la Bitácora de viaje sepan que se trataba de un gancho solo para traerlos hasta aquí y ver quien es el primero en dejar un comentario.

1 comentario:

Planit dijo...

Estimada amiga, que padre que te estes divirtiendo y conociendo mientras trabajas.
Sabes? las mejores cosas de la vida no tienen costo, y aveces el dinero te podria limitar de conocer cosas que son valiosas para la enselanza, Como el perderte!! jeje

Te envio un saludo y espero que sea placentera tu visita a mi país.

Por cierto, no omitas ni censures tus aventuras, el morbo siempre es necesario alimentarlo.

Mucha suerte!!
Andres Jimenez
PortalPuebla.com.mx